El Día Meteorológico Mundial se conmemora el 23 de marzo, con el objetivo de destacar el rol de quienes se dedican al estudio del tiempo, una actividad esencial para la producción, la vida ciudadana y la seguridad vial. A través de la observación e investigación de la atmósfera, junto con la experiencia personal e interpretación de escalas, es posible predecir ciertos fenómenos climáticos con tiempo.
En la Argentina, el Día Nacional del Meteorólogo se celebra cada 11 de julio, en recuerdo de la creación del Centro Argentino de Meteorólogos (CAM), fundado en 1969. En nuestro país, es el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) el organismo encargado de llevar a cabo las actividades científicas y tecnológicas que investigan las condiciones climáticas. Esta institución opera con una escala de niveles, que es comunicada a la sociedad.
En 1960, más de 180 estados miembro que conforman la Organización Meteorológica Mundial (OMM) eligieron un día para conmemorar esta actividad y a quienes la llevan a adelante. La fecha fue elegida en recuerdo de la fundación de la OMM, el 23 de marzo de 1950. El objetivo de esta jornada es destacar el rol que cumplen en la sociedad y sus logros, que contribuyen con el funcionamiento de la agricultura y la seguridad de los ciudadanos.
La meteorología se encarga de estudiar los fenómenos que ocurren en la atmósfera terrestre, con el fin de conocer con anticipación su estado y próximos sucesos. Se encarga de comprender el comportamiento de la lluvia, los vientos, la temperatura, la humedad, la presión atmosférica y otros acontecimientos como ciclones, huracanes, tornados y temporales. Uno de sus principales objetivos de esta disciplina es pronosticar con antelación estos hechos, con el fin de informar a la sociedad para prevenir desastres y programar actividades en áreas como la agricultura, entretenimiento y defensa civil.
El pronóstico del tiempo analiza diferentes variables a través de la aplicación de principios de la física. Interpretan estos datos con el uso de la observación, estadísticas y técnicas empíricas. Se tienen en cuenta también las modificaciones de la superficie terrestre provocadas por el cambio climático.
El servicio meteorológico puede emplear diferentes variables y herramientas para pronosticar el clima. Recopilan información de las estaciones meteorológicas, globos aerostáticos y satélites sobre temperatura e interpretan las imágenes satelitales y radares ―que ayudan a monitorear nubes, predecir tormentas y detectar las características de las precipitaciones―.
Los meteorólogos se guían por ciertos modelos numéricos que combinan ecuaciones matemáticas para simular y anticipar el comportamiento atmosférico, como el GFS (Global Forecast System) y el ECMWF (Centro Europeo de Predicción). Asimismo, la experiencia resulta esencial para esta actividad, ya que se comparan datos históricos y analizan sus patrones climáticos.
Los meteorólogos son una pieza clave en la sociedad, debido a que pueden medir los impactos y condiciones del clima en la sociedad. Su trabajo puede prevenir complicaciones y peligros de los desastres naturales al alertar acerca de tormentas, huracanes, grandes precipitaciones y tornados. El pronóstico del tiempo es una variable esencial para la seguridad en la aviación y navegación, la planificación agrícola y seguridad vial.
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