24, marzo, 2025
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Menem cumplió con Karina, pero ahora mide el desgaste sufrido

La aprobación del DNU 179/25 le dejó un sabor agridulce a Martín Menem. El miércoles condujo la Cámara baja en una sesión que resultó determinante, especialmente porque alcanzó con lo justo para conseguir la aprobación del decreto que le permitirá continuar con la negociación de un nuevo acuerdo con el FMI. La mayoría de los detalles siguen siendo un secreto. El oficialismo consiguió 129 apoyos, en una votación que dividió a casi todos los bloques del cuerpo, pero si hubieran llegado a 128, Menem podría haber votado. No fue necesario, pero ese escaso margen, tan finito, no ocultó que el bloque de La Libertad Avanza exhibió, al menos, tres peleas públicas en los últimos quince días, con Menem cuestionado y vapuleado por sus pares opositores, pero también oficialistas.

“Los temas del vestuario se resuelven adentro del bloque”, contestaron cerca de Menem en clave deportiva. La metáfora futbolera busca mantener la reserva sobre las discusiones internas del espacio. El diputado riojano no pierde de vista que parte de esos debates ya le estallaron en el recinto y fueron más allá de las críticas que le lanzaron desde el panperonismo. El jefe de la bancada de Unión por la Patria, Germán Martínez, junto a su compañera de bancada Cecilia Moreau, volvieron a sacudirlo con fuerza. Le cuestionaron a los gritos su discrecionalidad para interpretar el reglamento y le facturaron, una y otra vez, que levantó la sesión anterior cuando todavía tenía quorum. “El kirchnerismo debería llamarse a silencio”, remataron cerca del titular de la Cámara baja. La respuesta confirma que el clima no ha perdido la tensión que se respiró en el recinto. El debate por el DNU fue áspero con la oposición, pero hubo más gritos entre los propios. Menem obligó al oficialista Fernando Almirón a pedirle disculpas a Oscar Zago por la escena de pujilato que tuvieron la semana anterior, pero no alcanzó a disciplinar a Marcela Pagano, que lo cuestionó por no reconocerla como presidenta de la Comisión de Juicio Político. Cuando le cortaron el micrófono, usó un megáfono y lo acusó de “fascista”. El riojano fue vapuleado por los propios y también por los opositores. Al igual que en la Rosada, en el bloque de LLA, dicen que la sangre no llegará al río porque “votaron bien”.

Menem busca bajarles el tono a las peleas de su bloque, pero el espacio no sale de la tensión. Tuvo que negar la autoría de audios de WhatsApp donde agitaba a sus propios legisladores. El microescándalo incomodó al riojano. Aunque lo pudo capear, otra vez quedó en evidencia el nivel desconfianza que se respira dentro del espacio presidido por el cordobés Gabriel Bornoroni, que hace dos semanas no pudo controlar la pelea entre Lisandro Almirón, de LLA, y Oscar Zago, del MID. En la última sesión, protagonizó otro de los errores no forzados del oficialismo, con una impericia legislativa que también debilitó a Menem, siempre respaldado por la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.

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Todas esas heridas no han cicatrizado y desde que Pagano decidió cuestionar a Menem en el recinto, comenzó otra etapa en la confrontación que tienen desde el año pasado. La periodista después habló en el canal C5N. Dijo que el año pasado “le hizo una trampa a Zago para sacarlo como jefe de bloque, porque entorpecía su gestión. Hizo lo mismo con Lourdes Arrieta”, afirmó la periodista.

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