Por Luciana Mangó
Oscar Fernández Fini se alejó de las pasarelas de la moda para involucrarse en política y buscar una banca en el Concejo municipal. Convocado por el Partido Humanos, será uno de los precandidatos que competirá en las elecciones primarias del próximo 13 de abril. Fini asegura que desde su lugar como un denominado outsider de la política tradicional buscará representar a los ciudadanos comunes para llevar sus demandas al Concejo y buscarles una solución. En diálogo con El Ciudadano, detalló que sus ejes de campaña serán fomentar el trabajo y el primer empleo, buscar canales de contención para mujeres y jóvenes vulnerables, y trabajar para que “Rosario se ponga de moda y vuelva a brillar”.
—¿Cómo te acercaste a la política o cómo la política se acercó a vos?
—La política se acercó a mí y yo me estoy acercando a ella a través de Sebastián Juleriac. La historia comienza con él y luego con Lucila Lehmann (ambos de la Coalición Civica) aunque después todo se diluyó. En ese momento, no estaba preparado mentalmente para involucrarme en la política sin ser un político. Cuando el ex diputado provincial, Sebastián Juleriac, me ofreció formar parte del Partido Humanos, puse ciertas condiciones y decidimos avanzar. Sin embargo, nunca aspiré a ser un político o legislador. Hay personas muy respetables en la política, necesarias y preparadas, que entienden la Constitución y los derechos de los ciudadanos. Mi compromiso es ser un mediador entre los ciudadanos comunes y las instituciones, estableciendo un vínculo que fluya en el Concejo. Cuando asumí este compromiso, me di cuenta que hay que estar en el Concejo y recibir a los ciudadanos. Es un cambio de vida absoluto, pero me estoy adaptando.
—¿Cómo fue pasar de la moda a la política?
—Trabajé 35 años en el mundo de la moda, pero también estuve cuatro años en el Hogar San Roque, un lugar que reúne a 54 personas residentes permanentes con discapacidades. Me crié con mi madre, que era enfermera en un sanatorio psiquiátrico, donde para mí era normal ir a jugar. Las realidades de mi vida fueron muy diferentes a lo que la gente cree. Pero eso muestra que las personas que hemos estado en situaciones vulnerables podemos salir con el apoyo de otras personas. En ese sentido son los ejes de los proyectos que le planteé a Humanos: ayudar a quienes están en situaciones vulnerables a encontrar oportunidades para mejorar sus vidas.
—¿Cuáles son los ejes principales de tu propuesta?
—Uno de los ejes es el trabajo y el empleo, que dignifican a las personas. Quiero que las personas tengan la oportunidad de tener su primer comercio con condiciones accesibles y, por ejemplo, quitarles el impuesto Drei por dos años. Que tomen conciencia que hay impuestos y que el Estado les da la posibilidad de liberarlos. También busco rescatar a las modistas de los barrios, dándoles visibilidad y reconocimiento. Muchas de ellas trabajan para grandes diseñadores, pero no reciben el crédito que merecen cuando podrían tener una pasarela en el barrio. Además, es fundamental revitalizar los clubes de barrio y apoyar a las instituciones que trabajan con jóvenes y familias en situación de vulnerabilidad. La Iglesia tiene que estar presente, porque la mujer que vive con chicos hacinada o su pareja la golpea no tiene donde ir a la madrugada. Es necesario tener edificios donde puedan recurrir y encontrar contención. Que los colegios tengan mayor cantidad de horas para que los chicos pasen menos tiempo en la calle. La educación y la contención son clave para evitar que los chicos caigan en la delincuencia. Voy al taller Vía Libre, en Ludueña Sur, y a la obra del padre Fabián Belay o la hermana Jordán y uno ve que esa gente trabaja en pos de la contención. Esas mujeres en estado de vulnerabilidad quieren salir de ese estado y sentirse protagonistas, no excluidas. El eje es trabajar en la dignificación del trabajo y el empleo para que todos que tengan otra oportunidad. Hay mucho para hacer y escuchar.
La seguridad es un tema importante. Hubo mejoras, aunque todavía hay quejas de los vecinos. Necesitamos seguir trabajando para que la gente se sienta segura y la ciudad pueda brillar nuevamente. Hay menos espectáculos y también hay que apoyar al teatro rosarino. Cuando una ciudad brilla hay más turismo y los restaurantes están llenos.
Javkin ha hecho una gestión muy buena en muchos aspectos, pero creo que el municipio tiene mucha gente que se abstrae de la realidad y trabaja con un dinamismo que no es acorde al necesario. No es una tarea exclusiva del intendente. Tenemos que contribuir todos para que la ciudad esté más limpia y que escuche a los vecinos. Hay que tratar de sumar y no confrontar para que la ciudad vuelva a brillar y que se ponga de moda.
—¿Cuáles son las deudas del actual Concejo y qué podés aportar?
—Creo que al Concejo le falta más continuidad en la asistencia y en la atención a los ciudadanos. Mi compromiso es estar presente, escuchar y llevar las inquietudes de la gente para resolverlas. No se puede asumir un cargo y no estar disponible. Tiene que haber un trabajo consecuente y permanente. Me comprometo a hacer una política sana y clara. No hay que ser político para estar en el Concejo, hay que comprometerse desde el lugar de ciudadano y resolver.
Dentro de las gestiones hay mucha gente que hace muchas cosas y otra que no hace nada. Es fundamental involucrarse y exigir a quienes eligieron. No se trata solo de votar, sino de estar presentes y hacer un seguimiento de las promesas. Todos podemos contribuir a que la ciudad esté más limpia, segura y ordenada. Es un trabajo en equipo entre los ciudadanos, el Concejo y el municipio. Voy a trabajar con las instituciones que ya están creadas, como la de la hermana Jordán y el padre Fabián. No necesito vivir del Estado; esto es un compromiso que asumo para ser útil a los ciudadanos.
—¿Cómo ves la campaña y tu incursión en la política como alguien que viene de afuera?
—Al principio, me costó acostumbrarme a los ataques y las críticas, pero ahora me estoy adaptando. Voy a dejar muchas cosas que me gustan vinculadas a la moda. No me considero un político tradicional; nunca milité ni estudié política. Siempre me interesó la moda y el arte. Sin embargo, creo que es importante que haya personas como yo en el Concejo, que puedan escuchar a los ciudadanos comunes y representarlos genuinamente. Tiene que haber gente que no sea de la política que confluya y sea un representante genuino de los ciudadanos. Los políticos tienen un conocimiento profundo de las leyes y la economía, pero a veces se alejan de los problemas cotidianos de la gente. La gente quiere que le resuelvan cosas. Mi objetivo es entender y resolver esos problemas, trabajando en proyectos que dignifiquen el empleo, mejoren la seguridad y brinden oportunidades a quienes más lo necesitan.
Es bueno que nosotros, los llamados outsiders, podamos entrar para ver el panorama. Si no nos contaminamos puede ser muy interesante, y hasta revolucionario, porque de alguna manera vamos a ir a confrontar o a sumar con gente de la política y podemos entender al ciudadano común.
—¿Creés que el político tradicional se aleja de la realidad?
—Yo creo que tienen un estudio de lo que es la economía, el país, las leyes, pero yo todavía no soy concejal y ya mis vecinos me empezaron a decir cosas para poder resolver. Creo que eso también es bueno como también es bueno escuchar a los políticos.
Dentro de la gestión quiero hacer cosas. Mi idea es entender que se pueden resolver los problemas que tiene la gente en su cotidianidad y trabajar involucrado en una gestión que pueda desarrollar el empleo, la dignidad, la seguridad.
Tenemos una ciudad que necesita de todo el Concejo y de todos los ciudadanos para salir adelante. Necesita de todo este sistema para salvar chicos, reincorporarlos, darles otra oportunidad, enseñarles con hechos que hay otra posibilidad de vida, y que esas mujeres en estado vulnerable puedan tener otra oportunidad.